Después del merecido descanso en fiestas patrias, miles de estudiantes de todo el país se enfrentarán al desafío de vivir en tiempo real la experiencia de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) 2018.
Aunque queda un poco más de tres meses para rendir la psu, muchas veces la ansiedad y el nerviosismo que causa la experiencia pueden jugar en contra a medida que se acerca la fecha. Para evitar responder aceleradamente, leer mal las preguntas, detenerse y dejar de responder, la Universidad Santo Tomás preparó una serie de recomendaciones para afrontar sin miedo y con todo el potencial la prueba de lenguaje y comunicación.
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Enfocarse
Para lograr el máximo resultado es importante comenzar a familiarizarse con los ejercicios y competencias que se deben dominar en esta prueba, de esta manera se pondrán en práctica todas esas habilidades que se adquieren desde la enseñanza básica hasta la media. Para ello, Lilian Flores Sáez, profesora de español, Magíster en Literatura Hispánica y tutora del Centro de Aprendizaje Santo Tomás Concepción, entrega algunas recomendaciones prácticas.
En primer lugar, quienes rinden por primera vez la PSU deben tomar en consideración que la prueba de lenguaje y comunicación es un instrumento que mide las habilidades cognitivas del estudiante y se centra principalmente en la comprensión lectora.
“Desde el año 2009 en adelante ha ido cambiando la dinámica de la prueba de lenguaje y comunicación, anteriormente la PSU estaba más centrada en los contenidos, era más conceptual. Ahora se centra en la comprensión lectora y esto es muy importante porque los estudiantes no solo deben identificar el contenido sino comprender en su totalidad que es y qué quiere decir el texto”.
Aunque existen ciertas estrategias o destrezas para comprender lo leído con mayor profundidad, la académica afirma que hay que poner énfasis en la tipología textual, es decir, en los tipos de textos que existen para poder desarrollar habilidades de comprensión, análisis, interpretación y síntesis. “Lo fundamental que se debe aprender son los tipos de textos escritos, cuál es la función de cada uno y saber, por ejemplo, en qué se diferencia un texto literario de uno no literario, además de cuáles son los textos de comunicación masivos”, comenta.
Atención a los textos
Encontrarse frente a textos con estructuras simples y complejas suele ser un reto para todo estudiante, por ello saber cuáles son y que función cumplen es fundamental para poder identificar con rapidez los ejercicios de la prueba. En aquellos textos no literarios predomina en su mayoría el discurso informativo, dialógico, expositivo y argumentativo. “Evaluar lo leído e identificar las características y elementos de un texto pueden ayudar al estudiante a diferenciar uno de otro”.
En este contexto, todas las preguntas de la prueba deben leerse con mucha atención para elaborar un esquema mental de la idea principal que contiene cada planteamiento, determinar cuál es la tarea que cumple y buscar dentro de las opciones la respuesta correcta.
Según señala, el género dramático, lírico y narrativo son los géneros literarios que más rápido se asimilan durante la escolaridad, pues son aquellos que generalmente se practican dentro del aula. “En la prueba no es necesario centrarse en aprender el concepto de cada uno de estos géneros, hay que centrarse en cómo interpretarlos, cómo analizarlos, saber y descubrir su significado. Todo lo que se estudia en cuanto a contenido es importante trabajarlo desde la comprensión lectora”, explica.
Por otra parte, reconocer una carta al director, noticia, crónica y saber en qué se diferencian, su objetivo y la editorial, permitirá al estudiante tener una mirada crítica sobre la información que trasmiten los medios de comunicación masiva y cuál es su función social. A partir de estos textos, es imprescindible decodificar el mensaje, interpretar el discurso argumentativo y evaluar los mensajes desde la relación de lo verdadero con lo verosímil.
“Como lectores tenemos que ser capaces de descubrir cuando un texto es argumentativo, cuando está informando o cuando está planteando o inculcando una opinión. Saber diferenciar esto es básico y fundamental en la PSU hoy en día”.
Ejercicios a los que van a enfrentarse
En vista de que los ejercicios van orientados en su mayoría a la comprensión lectora, lo que más van a hacer es leer un texto breve o un poco más extenso para determinar la tesis que se plantea en el contenido o especificar directamente a qué tipo de texto se refiere, si es informar, educar, opinar y entretener. “Es posible que salgan estas preguntas directas o que invite al aspirante a analizar un poco más en relación a la opinión que se plantea en el texto y qué argumentos son los más utilizados por el autor”.
La prueba de lenguaje y comunicación está distribuida por bloques y comprende distintas secciones a las cuales igualmente hay que poner mucha atención, independientemente de la complejidad que tenga cada una. En primera instancia, el estudiante va a encontrarse con preguntas relacionadas al plan de redacción, una sección que mide la capacidad del estudiante para ordenar y organizar de manera coherente y cohesionada un texto.
Luego está la sección donde se pone a prueba el uso de conectores y se evalúa la sintaxis y semántica coherente de las oraciones y párrafos, una etapa que se puede superar con éxito si se mantiene la concentración; el resto de los ejercicios corresponde a comprensión lectora y vocabulario. “El estudiante tiene 2 horas 30 minutos para responder las 80 preguntas que conforman esta prueba. Los ejercicios son totalmente distintos y están marcados por partes”, afirma.
Creando hábitos
Una de las actividades más importantes y útiles que se debe fortalecer antes de la prueba de lenguaje y comunicación de la PSU es el hábito de la lectura. En principio, porque es una herramienta extraordinaria de trabajo intelectual en el cual se pone en acción la mente, se enriquece la cultura y además el vocabulario.
“Muchas veces los estudiantes incurren en error porque no conocen el significado de las palabras, no manejan su concepto y eso les impide comprender en su totalidad los textos. En nuestro país hay una pobreza de vocabulario tremenda y donde más débil están es en la comprensión lectora”, sostiene.
Sobre la base de esta premisa, la docente pone énfasis en que si no se tiene el hábito de la lectura difícilmente podrán enfrentar la prueba. De hecho hay quienes no alcanzan a terminarla porque no tienen este hábito. “Cada prueba en la PSU es distinta y no existen fórmulas mágicas para obtener excelentes resultados más que compromiso, dedicación, constancia y perseverancia. En general se deben ir creando hábitos para fortalecer todos esos conocimientos que durante la enseñanza básica y media aprendieron”.
Como parte de las estrategias de aprendizaje, la académica recomienda que se deben buscar las palabras que no se conocen, tratar de aprenderlas en su contexto dándoles un sentido léxico y al vocabulario para que se puedan ir internalizando los conceptos que no conocen. De esta manera, comenta que con la práctica se descubre la dinámica de los ejercicios y que por eso es sumamente importante participar en distintos ensayos antes de enfrentarse a la prueba real.
Ensayo Nacional PSU
El ensayo es fundamental para conocer la estructura, para medir los tiempos y darse cuenta si alcanzamos a rendirla en el tiempo establecido. Sirve principalmente para que tomen en cuenta todo lo que implica la prueba real, desde los conocimientos hasta la actitud a la hora de rendir la psu.
No cabe duda entonces, que la clave para tener rendir una buena PSU en lenguaje y comunicación es la lectura, así se podrá desarrollar con facilidad la habilidad de sintetizar, inferir y relacionar. ¿Quieres poner en prácticas estos conocimientos? ¡Inscríbete en el próximo ensayo PSU aquí!